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Foto del escritorICM Yucatán

Mensaje Episcopal: Discípulos y Misioneros, Custodios de la Casa Común en Yucatán

“DISCÍPULOS MISIONEROS, CUSTODIOS DE LA CASA COMÚN EN YUCATÁN”

A TODOS LOS SACERDOTES, DIÁCONOS, MIEMBROS DE LA VIDA CONSAGRADA, SEMINARISTAS, MOVIMIENTOS LAICALES Y LAICOS EN GENERAL Y A TODA LA GENTE DE BUENA VOLUNTAD: ¡PAX!

Muy queridos hermanos y hermanas, les saludo con afecto en esta fiesta de San Francisco de Asís. El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), nos ha exhortado para que, en este día en particular, 4 de octubre, oremos por el Santo Padre, el Papa Francisco, tan necesitado de nuestra oración y comunión en torno a su persona. Pero, por otra parte, todos nos hemos enterado de que el Papa ha pedido que, durante todo el mes de octubre, mes del Rosario, lo recemos sin que falte la antigua oración “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios” y una oración dirigida a San Miguel Arcángel. Con estas oraciones el Papa quiere que nuestra Iglesia se defienda de las asechanzas del demonio que parece haberse ensañado contra ella.

Igualmente, los seres humanos nos hemos ensañado contra nuestra tierra, pues sin escrúpulo alguno hemos sobre explotado la naturaleza anteponiendo el interés económico de unos cuantos, sobre el bien común de todos los seres humanos y de las próximas generaciones. Sorprendidos aún de tener por vez primera un Papa americano, seguimos igualmente impresionados por el nombre que tomó de “Francisco”, pues el nombre de este santo del siglo XIII significa para la Iglesia un llamado a la conversión; un llamado a la pobreza y ser Iglesia pobre para los pobres; así como un doble llamado a la Iglesia y a la humanidad para que construyamos la paz y acabemos con la guerra; para que reaprendamos a convivir en armonía con la naturaleza.

El 24 de mayo del 2015, el Papa nos reveló plenamente este cuarto aspecto franciscano de su ministerio petrino, al entregarnos su CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI’, sobre el cuidado de la Casa Común, primera encíclica dedicada cien por ciento al tema de la Ecología Integral, misma que ha causado tanto revuelo positivo en los ambientes académicos, científicos y tecnológicos, lo mismo que entre los ecologistas; pero que lamentablemente no ha tenido la debida repercusión al interno de la Iglesia. Los obispos del CELAM en enero de este 2018, escribimos nuestra Carta Pastoral llamada “DISCÍPULOS MISIONEROS CUSTODIOS DE LA CASA COMÚN”, como un discernimiento para América Latina a la luz de la Laudato SI’.

Es por eso que a este mensaje pastoral lo he llamado “Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común en Yucatán”, convocando a nuestra Iglesia arquidiocesana a poner manos a la obra, y siguiendo las enseñanzas del Papa y de los Obispos del CELAM, hagamos del cuidado de nuestra tierra del faisán y del venado, una tarea ineludible en la Pastoral Diocesana.

Para Francisco de Asís: “Contemplar el sol le lleva a experimentar la grandeza del Señor. Encuentra en los seres de la naturaleza un camino para vivir en comunión con Dios. Y así le canta por la Hermana luna y las estrellas, la Hermana Agua, la Hermana Madre Tierra… Tal actitud contemplativa y de alabanza está a la base del discipulado misionero del Evangelio de la Vida. Cuidar la creación es una forma de alabar a Dios Creador. Es darle gracias por su maravillosa obra y la responsabilidad que nos ha confiado. La Creación es un Evangelio, Buena Noticia de Dios para la humanidad (Cfr. Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común, nn. 3-4).

La Pastoral Social, dentro de nuestro Plan de Pastoral Actualizado, quiere abarcar las distintas dimensiones que le corresponden, y el trabajo en favor de la Ecología Integral ya es una de sus dimensiones, pues es una dimensión constitutiva de la tarea evangelizadora, es decir, que hoy por hoy no es opcional el tomar esta responsabilidad desde la Iglesia (Cfr. Ibid, n. 135), la cual hemos de compartir con nuestras autoridades civiles, con otras iglesias, religiones y con otros grupos sociales.

Ha iniciado ya el día de ayer en Roma, el Sínodo de los Obispos, sobre “Los Jóvenes, la Fe y el Discernimiento Vocacional”, que continuará hasta el día 28 de este mes, y que seguramente arrojará nuevas luces para el buen acompañamiento evangelizador de los jóvenes, lo mismo que la Jornada Mundial de la Juventud a realizarse en Panamá el próximo mes de enero. Estoy convencido de que en el tema de la Ecología Integral podemos tener aliados seguros en los jóvenes, los cuales son muy sensibles a este tema, y de antemano nos llevan ventaja en el compromiso por el cuidado de la Casa Común. Ellos nos pueden apoyar para poner al servicio de esta tarea las nuevas tecnologías y las redes sociales (Cfr. Ibid, n. 117). Además, el campo de la Ecología Integral es un espacio donde ellos y nosotros los adultos podemos compartir con jóvenes de otras iglesias o quizá sin religión, una obra extraordinaria en favor del bien común.

No pensemos que esta tarea vamos a dejarla en manos de unos cuantos hermanos que tengan “afición” por estos temas, pues es imperativo que todos pongamos manos a la obra en esta responsabilidad compartida, donde no sobra la ayuda y la tarea de nadie. “Todas y cada una de las comunidades cristianas, desde su propia realidad y particulares características, son agentes de cambio y promoción de la sensibilidad por el cuidado de la vida” (Ibid, n. 118); así pues, que ninguna parroquia y ningún movimiento se autoexcluya de esta tarea en favor de la creación. “La Encíclica Laudato SI’ nos hace un llamado a la Conversión Ecológica. Todos los bautizados y bautizadas debemos cambiar nuestros estilos de vida, los modos de producción y de consumo, para ser más coherentes con los valores del Evangelio” (Ibid, n. 134).

“Necesitamos parroquias, escuelas, universidades, cuyas prácticas den testimonio de una cultura ecológica que respeta, ama y defiende la Vida, toda vida humana y toda la Creación” (Ibid, n. 136). Los catequistas, los centros pastorales, los grupos juveniles, los grupos apostólicos y todos los agentes de pastoral deben asumir la Ecología Integral como desafío pastoral en sus prácticas cotidianas (Cfr. Ibid, n. 137).

“La familia como ‘Iglesia doméstica ’tiene una responsabilidad enorme. El cuidado de la Casa Común comienza por ‘casa’. “En la familia se cultivan los primeros hábitos de amor y cuidado de la vida, como por ejemplo el uso correcto de las cosas, el orden, la limpieza, el respeto al ecosistema local y la protección de todos los seres creados” (LS 213).

La mirada de la Ecología Integral, a diferencia de la ecología simplemente ‘verde’, “asume la ‘policromía’ de la vida en sus diversos aspectos e integra principios éticos y la profundidad espiritual humana, según lo explica el Papa en el capítulo IV de la Encíclica” (Presentación de la Carta Pastoral del CELAM, Mons. Juan Espinoza). Muchos se han preocupado por la supervivencia del planeta, por la preservación de las especies vegetales o animales. Los cristianos hemos de preocuparnos de alabar a Dios por su creación, de hacernos responsables por este don maravilloso, de la justicia que distribuya los bienes de la tierra y del medio ambiente en forma equitativa y saludable a todos los seres humanos, así como a las próximas generaciones.

Tal vez haya quien piense que exageramos al decir que esta tarea de la custodia de la Casa Común es parte constitutiva de la evangelización, porque hay muchos otros problemas sociales que debemos enfrentar, pero tenemos que ver el tema ecológico como parte de un todo en las actividades y situaciones humanas. Es por eso que el Papa afirma que “No existen dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental” (LS 139). “Un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” (LS 49).

Yucatán es un verdadero paraíso donde mucha gente quisiera vivir, donde muchos están viniendo a disfrutar de nuestra cultura ancestral y de las maravillas de la naturaleza. Extranjeros y connacionales envidian nuestros cenotes y nuestras playas, así como el verdor de nuestros campos y ciudades. Mérida está creciendo a pasos agigantados debido a todos los que están llegando aquí huyendo de la violencia, la inseguridad o simplemente buscando gozar de naturaleza exuberante. Hemos de ser conscientes de que el tesoro natural más preciado en Yucatán es nuestra agua, ese vital líquido indispensable para nuestra subsistencia. Es de dominio público que la instalación de varias empresas ha provocado escasez o contaminación del agua. Este es un tema urgente para reflexionar, dialogar y actuar.

Podemos iniciar con acciones personales que tenemos que tomar muy en serio:

a) Vigilar del propio consumo del agua. b) Reducir, reusar, reciclar. c) Evitar el uso de material plástico y de papel. d) Separar los residuos. e) Utilizar el transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas. f) Cuidar el consumo de la energía eléctrica. g) Plantar árboles y promover y proteger espacios verdes en nuestros pueblos y ciudades. Estas acciones son sugeridas por el Papa en la Laudato Si’ (Cfr. LS 211).

El Papa Francisco propuso fijar el “Tiempo de la Creación”, del primero de septiembre al 4 de octubre para que todas las diócesis tuviésemos oración y acciones en favor del cuidado y preservación de la naturaleza, nuestra Casa Común. Nosotros aún no nos hemos sumado a esta propuesta. Sin embargo, si iniciamos ahora, seguramente el año próximo podremos participar con entusiasmo y provecho.

Es muy importante que comencemos a tomar en serio el tema del agua potable, porque no es un recurso inacabable. Cuidémosla ahora para asegurar el presente y el futuro. Como Iglesia convocamos a un foro de diálogo sobre este tema, para que con la ayuda de expertos, y a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente de la Laudato SI’, podamos proponer algunas líneas de acción convenientes para el cuidado y preservación de este vital líquido. Dicho Foro tendrá lugar el sábado 27 de octubre en el auditorio de la Universidad Marista. Encomiendo la organización del foro a nuestra Pastoral Social e invoco la presencia del Espíritu Santo para que nos dé la Sabiduría, Ciencia, Entendimiento y Consejo necesarios para este tema, la Fortaleza para cumplir con los compromisos, la Piedad y el Temor de Dios para actuar en esto con justicia y caridad.

En manos de María, Nuestra Señora de Izamal, confío la realización de este foro y el camino de la Dimensión de la Ecología Integral en nuestra obra evangelizadora en Yucatán. Así sea.

En el Arzobispado de Yucatán a los 4 días del mes de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, del año del Señor de 2018, Año de la Juventud.

+ Gustavo Rodríguez Vega Arzobispo de Yucatán

Referencias: Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común https://iglesiasymineria.org/2018/03/02/carta-pastoral-del-celam-sobre-ecologia-integral/

Oración con la creación (de la Laudato Si’)

Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, que salieron de tu mano poderosa. Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura. Alabado seas.

Hijo de Dios, Jesús, por ti fueron creadas todas las cosas. Te formaste en el seno materno de María, te hiciste parte de esta tierra, y miraste este mundo con ojos humanos. Hoy estás vivo en cada criatura con tu gloria de resucitado. Alabado seas.

Espíritu Santo, que con tu luz orientas este mundo hacia el amor del Padre y acompañas el gemido de la creación, tú vives también en nuestros corazones para impulsarnos al bien. Alabado seas.

Señor Uno y Trino, comunidad preciosa de amor infinito, enséñanos a contemplarte en la belleza del universo, donde todo nos habla de ti. Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud por cada ser que has creado. Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos con todo lo que existe.

Dios de amor, muéstranos nuestro lugar en este mundo como instrumentos de tu cariño por todos los seres de esta tierra, porque ninguno de ellos está olvidado ante ti. Ilumina a los dueños del poder y del dinero para que se guarden del pecado de la indiferencia, amen el bien común, promuevan a los débiles, y cuiden este mundo que habitamos. Los pobres y la tierra están clamando: Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida, para preparar un futuro mejor, para que venga tu Reino de justicia, de paz, de amor y de hermosura. Alabado seas. Amén.


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